No ha defraudado y ha conseguido un lleno absoluto del auditorio.
Ha proyectado la película que resume la expedición más dura de su vida y uno de los mayores desafíos en el mundo del alpinismo: intentar ascender el Everest en pleno invierno y sin la utilización de oxígeno artificial.
Tras la finalización del audiovisual, atendió gustosamente a todas las preguntas que le formularon los presentes y para terminar posó con todos los interesados en sacarse una foto con él, demostrando una gran cercanía, amabilidad y buen sentido del humor.
Ha sido su tercera visita a Ermua. Seguro que no es la última.
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