17 lagun elkartu ginen Arabako Madarixa herrian hasten zen ibilbidea egiteko gogoz. Zerua oskarbi zegoen, beroa protagonista izango zelarik.
Autobusetik jeitsi eta martxan jarri ginen, lehengo helburua, Ungino mendia, gune gainean zegoelarik.
Hasiera aldapak gogorrak egin ziren, beroa eta desnibela astiro astiro igotxea gomendatzen zuen, horrela egin genuen.
En esta ocasión, 17 compañeros nos desplazamos al pequeño concejo alavés de Madaria. El día acompañaba, pues no había ni una sola nube, aunque el calor iba a ser el principal protagonista.
Nada más llegar, teniamos a la vista el primero de los objetivos, el monte Ungino, que se encuentra en el macizo de Sierra Salvada o Gorobel, en la muga con Álava y Burgos.
La primera parte de la subida es bastante exigente por la elevada pendiente del sendero. Para sobrellevarlo de buena manera, avanzamos a un ritmo suave, realizando alguna que otra parada.
Algunos ascendieron con más facilidad, otros con menos, pero finalmente todos conseguimos llegar al portillo de Atatxa.
Hemendikan aurrera bidea erraztu zen, ikuspegia paregabeak izanda. Azken aldapa igo eta gero Unginoko begira eta mendi tontorrera ailegatu ginen.
Mendilerroa jarraituz, beste bi mendi totorraz gozatzeko aukera izan genuen, Eskutxi eta Peña Aro.
De aquí en adelante, la travesía iba a resultar mucho más llevadera, y también mas bonita. Subimos un último repecho, y accedimos al ojo y cima del monte Ungino.
Luego, nos dirigimos hacia las 2 próximas cumbres del día, el Eskutxi y el Peña Aro, los cuales coronamos rápida y cómodamente, yendo por el cresterío de la sierra.
A mitad del camino, unos pocos compañeros decidimos asomarnos al borde del precipicio para disfrutar de las magníficas vistas de los valles y montes de la zona, además de los verticales cortados rocosos de Sierra Salvada.
Peña Aron apur bat bazkaldu eta gero ibilbidea jarraitu genuen, oraingo onetan aldapa beheruntz izanda. Ibilbidearen amaiera Kexaako monumentu multzoa zelarik, Aiarako udalerrian.
Bidean San Vitores ermita zaharraren aldarea ikusi genuen. Menaio herrian zegoen iturrian uraz hornitu ginen.
En el Peña Aro, hicimos una parada para comer y beber algo, y luego iniciamos el descenso rumbo a nuestro destino, el conjunto monumental de Ayala.
Pero antes, visitamos un curioso altar, donde se levantaba la ermita de San Vitores, un mártir que murió decapitado tras la tortura de la crucifixión.
A continuación, avanzamos por una ancha y cómoda pista durante varios kilómetros, hasta llegar al también concejo alavés de Menaio. En este lugar, aprovechamos para reponer nuestras botellas de agua, que estaban ya al límite.
Por último, descendimos por un sendero herboso rodeado de árboles, cosa que agradecimos ya que el sol y el calor eran insoportables.
Al fin, llegamos al conjunto monumental de Ayala, y finalizamos así esta preciosa ruta.
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