2025/08/25

Andaina Allariz

51 pertsona elkartu ginen, egun zoragarria pasatuz

Nos juntamos 51 personas, pudiendo disfrutar de un maravilloso día









2025/08/21

Pirinioak Artarraiko 50. urteurrena - Pirineos 50 aniversario de Artarrai

Pirinioetara irteera Artarrairen 50. urteurreneko ekintzen barruan. Izena emateko azken eguna: irailaren 5a. 

Salida a Pirineos dentro de las actividades del 50 aniversario de Artarrai. Fecha tope de inscricpción, 5 de septiembre.

Antolatzaileei bizitza errazte aldera, izena ematerakoan izen-abizenak, jasotze-lekua (Agirre, San Lorenzo edo Eibar) eta parte-hartzailearen izaera (bazkide federatua, federatu gabeko bazkidea, ez bazkidea ez federatua, ez bazkide federatua) adieraztea eskatzen dizuegu. 

Con el objeto de facilitar la vida a los organizadores, rogamos que a la hora de apuntarse se indique el nombre y apellidos, lugar de recogida (Agirre, San Lorenzo o Eibar) y la condición del participante (socio federado, socio no federado, Ni socio ni federado, No socio federado)


Irteerara joateko apuntatu beharra dago, WhatsApp-eko taldean egoteak EZ du parte-hartze nahia adierazten.

Para apuntarse a la salida hay que indicar que se quiere ir, el estar en el grupo de WhatsApp NO es apuntarse



2025/08/01

MARRUECOS TOUBKAL

En Navidad de 1992, seis amig@s partimos en una furgoneta alquilada rumbo a Marruecos. Dejamos atrás las luces navideñas para buscar aventuras bajo cielos más cálidos. Cruzamos el Estrecho y tras sobornar al gendarme de aduanas para agilizar el proceso, nos adentramos en un mundo de colores, olores y paisajes que no conocíamos.

En el Alto Atlas, subimos el monte Toubkal ( 4.167 metros) el más alto del norte de África. Las mulas no podían avanzar por la nieve, así que contratamos porteadores que cargaron con lo esencial mientras nosotros luchábamos contra el frío y la altitud. Las paredes del viejo refugio chorreaban agua y apenas pudimos descansar.

A la mañana siguiente con crampones y piolet alcanzamos la cumbre. En la cima, rodeados de un paisaje blanco e imponente, sentimos el vértigo de estar en lo más alto. La nieve recién caída por encima de las rodillas nos dificultó el descenso pero llegamos sin contratiempos.

Luego vino el contraste del desierto: un océano de dunas doradas, donde el silencio era absoluto. Hacía calor pero temblamos al comprobar que habíamos perdido la única llave de la furgo, pero solo fue un susto, ¡Menos mal!

Marrakech, con su bulliciosa plaza Jamaa el-Fna, fue también nuestro destino , un caos vibrante de zocos, aromas a especias y callejuelas interminables. 

Volvimos con la furgoneta llena de polvo, cachivaches y recuerdos inolvidables de montañas, nieve, arena y la calidez de una tierra que nos encantó.

EXPEDICIÓN DE TRES ERMUARRAS AL KILIMANJARO

El 26 de Julio de 1976 salimos desde Ermua con la intención de alcanzar la cima del monte Kilimanjaro, la cumbre más alta del continente africano. 

Después de atravesar Kenya y cruzar la frontera con Tanzania, llegamos al Parque Nacional Kilimanjaro.

Nuestro anhelo empezaba a cumplirse. En el recuerdo, quedaba el deseo tantas veces comentado en paseos y subidas por las colinas y montes circundantes, especialmente por el Oiz, lugar habitual en nuestras idas y venidas. Fue aquí donde se maduró el sueño de alcanzar el techo de Africa.

Dos años más tarde, ese proyecto se hizo realidad y ya se perfilaba en el horizonte la gran mole de la “Montaña Blanca” o “Montaña del Agua” como le llaman los Masai que viven en su entorno.

La mañana del 3 de Agosto alcanzamos la cumbre más alta: el Uhuru Point, donde atamos la Ikurriña junto a una placa metálica en la que están grabadas las siguientes palabras: 

UHURU POINT - CIMA DE LA LIBERTAD 
"A nosotros, el pueblo de Tanganika, nos gustaría encender una antorcha y colocarla en la cumbre del Kilimanjaro, para que alumbre más allá de nuestras fronteras y lleve Esperanza donde hay desesperación, Dignidad donde hay humillación y Amor donde hay odio"
Julius Nyerere ( Presidente de Tanzania)

Los expedicionarios del Grupo de Montaña ARTARRAI de Ermua:

  • Jesús Garaikoetxea Altube
  • Javier Garitagoitia Ostolaza
  • Ricardo González Izarra

ACONCAGUA

ACONCAGUA (6962 m.) por la ruta normal De los Pioneros. Jose Miguel Dasilva, Luis Canales, Javi Alberdi e Ina Alberdi. (Diciembre 2008 - Enero 2009). Estilo alpino. 
Aclimatación en la propia montaña montando 3 campamentos por encima del campamento base. 
Ruta técnicamente fácil, aunque supone un gran desafío por su altitud, las condiciones climáticas rápidamente cambiantes, la exigencia física y la cantidad de nieve, que varía según la temporada. 

Como dicen los guías, que allí trabajan, llegar al campo 3 (Refugio Berlín 5930 m.) es solo la mitad del viaje, la otra mitad es el día de cumbre. Y así fue nuestro dia de cumbre:  Nos despertamos a las 3:30 am para derretir nieve y poder tener agua para el ascenso. La tarea no es fácil en el reducido espacio de la tienda. Fuera de ella la noche es gélida (-25 grados ). 
Sobre las 5:30 am nos ponemos en marcha con la ilusión de ascender los 930 m. de desnivel que nos separan de la cima. Noche estrellada. Disfrutamos de un precioso amanecer durante el ascenso y de la salida del sol, que lo hace más agradable. Continuamos paso a paso sobre la abundante nieve caída durante las tormentas vespertinas de los días anteriores hasta llegar a un diminuto refugio en ruinas, conocido como Independencia (6380 m.), donde nos tomamos un descanso. 
A partir de aquí el ascenso se hace muy costoso por la cantidad de nieve que nos encontramos. Javi va abriendo huella y eso ayuda, y mucho. Llegamos a un lugar conocido como La Cueva (6650 m.), vamos bien de tiempo para intentar llegar a la cima, pero una vez más, el cielo se está oscureciendo y tiene pinta de que va a regalarnos otra tormenta. Luis y Josemi inician el descenso desde aquí. Javi e Ina deciden intentarlo.
Hay mucha nieve y llegan a una zona muy empinada conocida como La Canaleta, el ascenso se hace muy costoso y ya no les queda agua. A 6830 m., tras una parada y valorar la situación, Javi e Ina deciden separarse. Javi se ve con posibilidades de alcanzar la cima. 
Ina, con síntomas de deshidratación, decide descender. 
Javi continúa ascendiendo y alcanza la cima. Se encuentra solo ante la cruz que hay en la cumbre y está nevando. Alcanzado el objetivo, graba unos segundos, pero por desgracia, apenas hay visibilidad.
El descenso lo realiza siguiendo la ruta que ha grabado en su G.P.S durante el ascenso. 
Los tres primeros, ya a resguardo en las tiendas, esperan, en una tensa calma, la vuelta de Javi. Al oír su voz, desde el interior de las tiendas, salen a celebrarlo con él. Lo ha conseguido y están felices por su vuelta. 

Una experiencia inolvidable, muy buen ambiente de grupo y muchos días en la montaña. 
¡Qué más se puede pedir!

POBEDA PEAK

Mirando hacia atrás, te das cuenta de lo rápido que pasa el tiempo...


No es mi primera montaña, ni la que más me gusta, ni donde más disfruté, pero si es la que más odié quedándote grabado un gran recuerdo, que evitas recordar...

Julio de hace 35 años...Llegamos al campo base; “joder qué grande es, el volumen es bestial”. Aunque impresiona muchísimo sabemos a dónde vamos, pero la realidad supera la ficción.


Llevamos un mes asediando la montaña, salvaje, difícil y muy fría. 

Hoy es un día diferente a los demás, porque salimos del último campo hacia la cumbre. Da igual que sea día o noche, el frío es insoportable.


Termino de calentar agua y en lo que tardo en calzarme está congelada; así un día y otro día, ¡qué desesperación!

De la tienda a la cima no hay casi desnivel, unos 600m, pero sí muchísima distancia, unos 12 km.


Hace ventisca, no muy agresiva, pero lo suficiente como para tener más frío, si es posible.

El altímetro nos indica que estamos en la cumbre y solo vemos nuestras huellas, que en poco tiempo la ventisca las tapará.

Solo pensamos en regresar a la tienda y meternos en el saco.


Pasan 24h, no lo sé exactamente, pero estoy seguro de que nos ha llevado al límite físico y mental.

Como nos habían dicho, es más difícil que muchos ochomiles y más fría que cualquiera de ellos. Es un lugar perfecto para odiar las montañas.

Pobeda Peak, grande, difícil, salvaje y fría, muy fría.

MONT BLANC 

En julio de 1975, mientras en Ermua se estaban celebrando los Santiagos, dos montañeros locales, Javi Areitio (25 años) y Andoni Areitioaurtena (29 años) se trasladaban a Francia para culminar su mayor reto deportivo hasta la fecha, hollar la cumbre del Mont Blanc.

No se trataba de un reto planteado por jóvenes deportistas no habituales en la montaña; desde niños, habían jugado en las faldas de los montes que rodean nuestro pueblo- Ureta, Artarrai, Urko, Mendibil, Oiz, Egoarbitza. El juego derivó en afición y en consecuencia, se convirtieron en habituales sus ascensiones a las principales cumbres de Euskal Herria. Siguieron los Picos de Europa y Pirineos: Monte Perdido en 1971, La Munia en 1973 y  Aneto en 1974. Su próximo destino era inevitable: se sentían seguros y preparados para afrontar el techo de los Alpes.

Un Seat 127 fue su medio de transporte hasta Chamonix, desde donde, con la ayuda de un guía partieron hacia el Mont Blanc. El tren cremallera les trasladó a Montenvers, punto de partida de su andadura a pie. Cuatro horas necesitaron para llegar al refugio, después de haber atravesado el corredor Gran Couloir de Goûter , tramo altamente peligroso por sus frecuentes desprendimientos de rocas. Tras una cena caliente, se retiraron a descansar en sus literas.

Pantalones de pana, gorro y jersey de lana, txamarra, guantes, gafas, botas de cuero, piolet de madera y crampones. El guía les enseñó a colocarse los crampones; nunca, ni en Pirineos los habían utilizado. Las cuerdas para el descenso las llevaba el guía.

Tras el desayuno, partieron del refugio de Goûter a las 2:00 de la madrugada. Noche clara, despejada, fría, nieve helada. 4 horas necesitaron para conquistar la principal montaña de los Alpes (4808m). Sueño realizado.

El descenso, por las laderas de Mont Maduit y Mont Blanc de Tacul, atravesando el Valle de los Italianos. Tenían previsto utilizar las cuerdas fijas para un pequeño rappel, pero la nieve y el hielo las habían cubierto. Una ligera desviación para llegar a la Aiguille du Midi. El teleférico los trasladaría al punto de partida y llegada, Chamonix.

MUZTAGH ATA 7546 m

El sueño de una cima, requiere un esfuerzo y sacrificio previo.

Tras una vida centrada en el deporte y sobre todo en la montaña, la ilusión de dar el salto más allá de Pirineos y Alpes, siempre estaba presente en nuestra mente.

Muztagh Ata (7546m) el “Padre de las montañas nevadas”, ubicado en la meseta norte del Tibet, es un camino previo lleno de kilómetros de esfuerzo e ilusión.

18 julio 2014. Emprendimos el sueño desde Barajas hasta el aeropuerto de Kasgar (China). Allí nos recogieron en autobús y, atravesando la carretera de Karakórum, incluída en la ruta de la seda, llegamos al primer campamento base, donde empezamos a convivir con el resto del grupo.

El choque cultural que tuvimos al llegar allí, nos sorprendió positivamente.

Una familia uigur, con sus dos hijos, nos hizo la estancia acogedora.

Cada mañana no faltaba un ramillete de flores en la puerta de la tienda por parte de la hija, y la amabilidad de la madre con los postres, me dejó un recuerdo inolvidable.

Tras la aclimatación y al llegar al segundo campamento (6200 m), decidimos atacar cumbre, saltándonos el tercer campamento, debido al pronóstico de mal tiempo.

El último esfuerzo de 1300m de desnivel, nos brindó la satisfacción de alcanzar la cima.

De este viaje me llevo el compañerismo, esfuerzo, superación y unos valores humanos interculturales que difícilmente podré olvidar.

NORDKAPP GALDOPINGEN

En el verano de 1995, nueve amig@s, cargados de mochilas, cajas llenas de provisiones y una ilusión que desbordaba la furgoneta alquilada, partimos rumbo a Cabo Norte, el extremo más septentrional de Europa. No había internet, ni gps para planear la ruta. Solo unos mapas, una calculadora para convertir coronas, francos y marcos, y el entusiasmo de la juventud.

La furgoneta se convirtió en nuestro hogar durante más de 11.000 kilómetros de viaje. Recorriendo una docena de países, carreteras serpenteantes y fiordos, durmiendo bajo cielos nórdicos donde no anochecía y haciendo paradas improvisadas en lagos cristalinos y pequeñas aldeas.

Uno de los momentos más memorables fue el ascenso al monte Galdhøpiggen, el punto más alto de Noruega y de Escandinavia. Subimos entre risas, respirando el aire helado y maravillándonos con glaciares lejanos que parecían de otro mundo.

Sin internet, nuestras decisiones eran colectivas y cada uno aportaba algo. La música salía de una vieja radio con casetes, y los momentos difíciles, se resolvían con paciencia y trabajo en equipo. Las monedas, diferentes en cada país, eran un rompecabezas constante; nos convertimos en expertos improvisados en economía, saltándonos la ley y repostando gasoil agrícola mucho más barato, y con intercambio directo con los locales, quienes, con sonrisas, aceptaban nuestras botellas de alcohol a cambio de carne de reno (poro).

Al final, llegamos a Cabo Norte bajo una niebla que impedía ver nada, absolutamente nada.

¿Tanto esfuerzo para esto? Si, ¡claro que si!, pensamos mirando el supuesto horizonte infinito, conscientes de que habíamos alcanzado no solo un punto geográfico, sino también una cima emocional.

PICU URRIELLU (NARANJO DE BULNES)

Después de practicar el montañismo, entramos en el mundo de la escalada, porque en su día nos dimos cuenta de que para llegar a ciertas cumbres deberíamos tener unas mínimas nociones de escalada.

Poco a poco nos fuimos introduciendo en este mundo y en un ambiente que nos abrió las puertas a esta actividad, que nos motivó desde el principio y hoy en día perdura.

Atxarte, recorriendo todas sus zonas, vías clásicas, recorridos míticos de los pioneros, fue nuestra gran escuela de escalada y el paso previo a otros lugares (Pirineos, Picos, Alpes…etc).

De todas las montañas escalables, la más oída, la más llamativa, la que más historias de aventura y de miedo que nos contaban sobre ella: PICU URRIELLU. Nuestra meta fue escalarla.

Jose (Beltza) y yo, hicimos cordada durante años que nos llevó a escalar muchas rutas juntos y cómo no, el Urriellu tenía que ser otra más.

Ya la habíamos escalado por separado, pero elegimos una vía mítica de la cara este, LA CEPEDA, abierta en su día por el incombustible Pedro Udaondo y compañía, para escalarla juntos.

Como siempre, preparativos, acopio de información, material necesario y a la Vega.

Dia precioso de escalada, roca magnífica y un poco de respeto al principio, ya que una tapia de este tamaño impone, pero poco a poco le fuimos comiendo metros a la pared y llegamos a una cumbre ya conocida, pero que impresiona cada vez que la pisas.

No sería ni la primera ni la última vez que la pisáramos, ni seríamos los únicos enfermos de roca del pueblo en hacerlo.

Miguel, Juanjo, Moncho, Iñaki, Isaac, Eneko, Asier, Alberto, Olga, Sonia…pioner@s y no tan pioner@s de la escalada en el pueblo, hemos pisado esta cumbre mítica.

¡QUE NO SEA LA ÚLTIMA VEZ!